De noches y otras historias

Escoger un lugar del mapa-mundi y decir allá iré. Eso sonaba tan niña rica cuando era pequeña, después la vida simplemente me dio oportunidades que por fortuna he aprovechado a medida que se han presentado. (he de aceptar, algunas oportunidades las he dejado escurrir en mis manos, pero ya saben lo que dicen por ahí: lo que es para uno, a uno lo espera).





Salir en las noches de Xiamen se volvió una actividad favorita mientras viví allí, a decir verdad nunca había tenido tanta libertad en mi vida como la tuve en ese momento. Y no lo digo por permisos parentales o por desenfreno juvenil de hacer lo que yo quisiera. Hablo de la seguridad y tranquilidad que me daban las calles de esta hermosa ciudad. 


Salir a caminar en las calles de Xiamen era un actividad relajante y no sentía miedo de ser perseguida, robada o algo peor. Duraba hasta tres horas caminando o montando bicicleta a lo largo de la playa. A veces me sentaba a escribir cosas personales (que no comparto mucho). A veces meditaba y respiraba la vida.





Muchas de las veces que salía sola por estas calles, extrañaba a mi familia, mi mascota y mis amigos. Locamente extrañaba el hecho de hablar con alguien por horas y tener conversaciones de verdad con personas cercanas. Pero era complejo tenerlas estando al otros lado del mundo y viviendo en horarios altercados. Creo que eso me hizo un poco solitaria y pensativa. 




Sentirme observada como una persona diferente en un país donde efectivamente lucía diferente, me hacía a veces sentir mal. y salir en las noches me ayudaba a camuflarme entre las caras y pasar desapercibida. Creo que es una de las razones por las que también caminaba en las noches...




Algunas veces salía con mis amigos, nos tomábamos algo y caminábamos por los rededores. Otras veces simplemente los acompañaba a que sus partidos de fútbol y actividades que tenía. 






Hubo un día en donde unos compañeros chinos nos llevaron a comer a una restaurante de comida japonesa, después de ese día, la culinaria de este país me fascina, a pesar de no conocer mucho sobre la cultura de Japón estoy convencida que la comida que ingieren es altamente deliciosa. Si bien después de esta ocasión cada vez que tenía la opción de escoger algún plato extranjero (estando en China) escogía siempre el japonés.

He aquí algunas imágenes de mi gusto no culposo por la comida del Japón.







Sólo me queda dar gracia a Dios, 
por permitirme tanto placeres y l
a oportunidad de conocer 
platillos tan exclusivos. 

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